Lo mejor, para que tu visita sea más cómoda, es que aparques en el centro. Justo al lado del Ayuntamiento tienes un parking municipal. Está muy bien señalizado y no tiene pérdida. 

La salida peatonal del aparcamiento desemboca en el paseo Balcón de Europa. En el camino, dejarás a tu derecha el Ayuntamiento, un edificio que acoge gran parte de las oficinas municipales y donde tú te encuentras ahora. A escasos metros podrás ver, delante de ti, la Iglesia de El Salvador, junto al Paseo Balcón de Europa, un templo que se terminó de construir a finales del S.XVII. Entra, y disfruta del mural dedicado a la Encarnación, de Francisco Hernández y el Cristo de Bronce, obra de Aurelio Teno. 

Cuando termines de visitar la Iglesia de El Salvador, puedes dar un paseo, disfrutando de las vistas y tomar algo en una de las numerosas cafeterías que encontrarás a ambos lados del paseo Balcón de Europa. Continúa caminando unos metros, hasta el famoso Balcón de Europa. Este mirador al Mediterráneo, al que diera nombre Alfonso XII, es uno de los puntos de mayor interés para todo aquel que visita nuestro municipio. Desde aquí puedes contemplar la belleza de las calas y acantilados de Nerja y hacerte una bonita foto de recuerdo. 

Tu visita puede continuar por el boquete de Calahonda, que da acceso a una de las playas nerjeñas con más encanto marinero. Para orientarte, sitúate en el centro del Balcón de Europa, de espaldas al mar, y camina hacia el lateral derecho del Paseo. Sabrás que estás llegando cuando veas unos arcos blancos adornados con macetas y flores. Baja por el empedrado del Boquete de Calahonda y bordea el Balcón de Europa por este sendero peatonal. Tendrás una imagen del Balcón desde otra perspectiva. Además, en el camino puedes ver de cerca algunos de los numerosos peñones con los que cuenta el litoral de Nerja. Concretamente, en este paseo hay algunos muy llamativos. 

Una vez que hayas disfrutado de la belleza de este paisaje natural y marinero, puedes subir de nuevo las escalinatas por las que has accedido y dar un paseo por alguna de las céntricas calles del pueblo. Verás que no faltan ni comercios ni restaurantes de todo tipo para hacer al visitante más agradable su estancia. Recuerda, estás en el centro, a un paso de todo.