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Edad Moderna 
Con la llegada de los Reyes Católicos en el siglo XV, finalizará una batalla, de más de 500 años, por el dominio de la Península Ibérica. Fue en el año 1487 cuando Málaga fue reconquistada por los cristianos aunque, a pesar de ello, Nerja seguiría en los siguientes años habitada por población islámica. En concreto, en la costa convivían tres culturas: cristiana, árabe y judía, hasta que una nueva orden obligó a todo aquel que no era cristiano a convertirse a tal religión o a abandonar el Reino. Hay historias que cuentan que la hoy llamada playa del Salón en Nerja fue llamada así porque fue testigo del éxodo de cientos de judíos que se despedían entre sí con la palabra ‘Shalom’. También los musulmanes se vieron a abandonar una tierra en la que habían prosperado generación tras generación.

Nerja quedó muy despoblada a principios del siglo XVI. Muchos de los actuales pobladores de Nerja que reconocen ser descendientes de familias que vivieron en la zona por más de cinco siglos, poseen apellidos de conversos judíos como: Moreno, Herrero, Ávila, Jaime, Leyva. 

A tierras nerjeñas, con motivo de la repoblación, llegaron castellanos, asturianos, gallegos y valencianos. Ante el continuo peligro que suponía vivir en una zona que podía ser víctima de una posible invasión islámica, se obligó a todos sus habitantes a tener armas. Además, se colocaron cañones en la llamada Torre de los Guardas (actual Balcón de Europa), núcleo alrededor del cual se apiñaba el vecindario. Las principales actividades de la época eran la agricultura y la guerra. 

El miedo a los continuos ataques piráticos por parte de los musulmanes desembocó en una nueva despoblación, aliviada con una ‘Carta de Autonomía’ en el año 1515 por la que Nerja quedó independizada de su anterior corregimiento de Vélez. Su territorio quedó delimitado por el río Chíllar, Fuente del Esparto, El Madroño, el Río de la Miel y Cantarriján. Se repartieron las tierras entre los nuevos pobladores, aunque para llegar a ser propietario era necesario vivir durante diez años en el término. El pueblo comenzará a crecer, destacando como actividad particular en la zona la cría del gusano de seda. 

La última batalla islámica que se libró en Nerja fue en el 1567, cuando la rebelión morisca de las Alpujarras llegó al pueblo de Cómpeta, cercano al territorio nerjeño. A pesar de la fuerte imposición árabe, los cristianos ganaron la batalla dos años más tarde, y los moriscos que sobrevivieron fueron apresados. Tras este hecho histórico, los únicos restos arábigos que quedaron en Nerja fueron la Torre de los Guardas y las ruinas de Castillo Alto. 

Nuevas casas y roturaciones de tierras fomentaron el crecimiento del pueblo en los siguientes años. Este fue el momento en el que las torres vigías fueron construidas en toda la costa malagueña, con la función de avistar barcos piratas para así poderles hacer frente. Por medio de hogueras se comunicaban entre sí. Cuando se divisaban embarcaciones, se daba el toque de ‘a rebato’, que significaba ‘moros en la costa’. En Nerja se alzó ‘La Torrecilla’, que puede verse en la playa a la que da nombre. 

En los años siguientes Nerja experimentaría un mayor crecimiento demográfico y económico. Con el cultivo de cañadulzales se construyó la primera fábrica de azúcar en España. Se alzaron iglesias en Nerja y Maro, se reformó el castillo, y se modificó la alcaldía para mejorar la defensa de la costa. En 1697 quedó terminada la primera fase de la iglesia de El Salvador, seguida por la ermita de las Angustias en 1720. 

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